Después de la adquisición de la nacionalidad portuguesa, los ciudadanos que se convierten en portugueses incurren en la obligación de inscribir los actos y hechos de su vida en el Registro Civil portugués.
Los actos y hechos obligatorios más comunes son el matrimonio, el divorcio y la muerte y cada uno de ellos corresponde a un proceso distinto en el Conservatorio.
También es necesario registrar cambios en el registro civil (nombre, sexo, etc.) y otros actos y hechos menos comunes, como acuerdos prenupciales o cambios en el régimen patrimonial, adopción, regulación de la patria potestad, inhibición e interdicción, curación de ausentes y presunta muerte.
Los actos de la vida de los portugueses que ocurrieron en el extranjero también deben transcribirse a Portugal y registrarse en el certificado de nacimiento (transcripción del matrimonio civil y el matrimonio católico, transcripción de la muerte, etc.).
Si son decisiones judiciales relacionadas con actos sujetos a registro, primero deben ser revisadas y confirmadas por un tribunal portugués para que sean válidas.
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